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Con 56 años de historia, la avícola Cresta Roja se dedica a la faena de pollos. La empresa llegó a faenar 400.000 pollos por día y en el 2012 amplió su planta procesadora de Monte Grande para aumentar un 50% su producción. Llegó a ser la segunda empresa productora de pollos del país.
Con 56 años de historia, la avícola Cresta Roja se dedica a la faena de pollos. En Ezeiza, Lobos, Monte y Esteban Echeverría todos conocían los pollos Cresta Roja, de los hermanos Rasic, la segunda avícola en importancia del país que controlaba un 13% del mercado interno.
Entre sus dos plantas, los molinos y el sector de granjas supo tener 4000 empleados propios, y otros 1000 puestos laborales que estaban vinculados en forma indirecta a su actividad. De la firma dependen pueblos enteros. Llegó a ser la segunda empresa productora de pollos del país.
Los dueños de la avícola fundada en 1959 tenían sus oficinas en la planta de Ezeiza. Cresta Roja faenaba 400.000 pollos por día y en el 2012 amplió su planta procesadora de Monte Grande para aumentar un 50% su producción. La propia presidenta Cristina Kirchner se enorgullecía del "boom" del sector y en el 2012 pasó algo inédito en la historia de la Argentina: las exportaciones avícolas alcanzaron las 271.000 toneladas y superaron a las 189.000 de la carne vacuna.
En 2014 la empresa entró en una profunda crisis. Cuando se hizo pública la crítica situación de la compañía, la imagen que daba todo el sector avícola era el de una industria en pleno crecimiento con niveles históricos de consumo de pollo en el país y con la exportación y la producción en niveles récord.
Ese mismo año, la firma emitió cheques sin fondos por 43 millones de pesos. En junio la los dueños despidieron a 400 empleados y el sindicato paralizó la actividad en las plantas. Luego la empresa fue intervenida por la gobernación bonaerense a cargo de Daniel Scioli, desde el 11 de septiembre.
Cuando asumió Mauricio Macri, el presidente la había presentado como un símbolo de la reactivación económica, convirtiéndose por ese entonces, como una especie de "emblema" de la recuperación bajo el macrismo.
Sin embargo, el conflicto se agudizó aún más y la empresa que tenía 4000 empleados, ahora pasó a tener la mitad, con amenazas de más despidos. La empresa faenaba 400.000 pollos diarios, mientras que ahora apenas registra 180.000.